¿Qué esperaba yo de la obra? francamente reirme, pasar una maravillosa tarde de diversión y teatro ¿Qué encontré? Exactamente eso y un poco más.
Pero vamos por partes
Lo primero, es dar unas pinceladas para que os entren las ganas de ir a verla. Nos encontramos con
Marcelino, un político conservador, que puede convertirse en el próximo Presidente del Gobierno. En lo profesional, la vida es de color de rosa, pero no en lo personal. Divorciado y con problemas para relacionarse con su hija Silvia que tiene 18 años, y que tiene las ganas de vivir de esa edad. Aparece Toni, el mejor amigo de Marcelino, que terminará teniendo un lío con Silvia. Toni está arruinado y sólo podrá salir de esa ruina gracias a una futura plantación de aguacates. Todos se marchan de vacaciones juntos y...
El texto es divertido, durante 90 minutos disfrutas, pero entre las risas nos encontramos con algo más, el autor nos muestra que hay que vivir, que sólo tienes una vida y has de disfrutadla. Mensaje de todos conocidos pero que nos llega, quizás mejor, entre carcajadas. Y nos podemos encontrar, también, con cierta crítica social que nunca está de más.
El director José Saiz, como siempre está impecable. Es una obra que tiene que mantener un ritmo, si éste cae la obra se difumina, y lo logra mantener perfectamente. La dirección de actores es francamente buena.
En "Aguacates" nos encontramos con cuatro actores que manejan perfectamente la situación de sus personajes Jesús Cabrero, Juanjo Artero, Lucía Ramos y Ricardo Saiz. En esta obra el trabajo coral es muy bueno. Cada uno de ellos borda su papel, Jesús Cabrero como político y padre, Juanjo Artero como amigo de toda la vida, Lucía Ramos como la hija que quiere vivir y tener experiencias y Ricardo Saiz es un Rastafari con sorpresa.
Os invito a todos a ir a ver "Aguacates", una obra con nombre de fruta, una fruta con muchos nutrientes, una obra con muchas carcajadas que nutren el alma.
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