He ido a ver con mi hermana Cyrano de Bergerac de Edmond Rostand que se está interpretando en el teatro Reina Víctoria de Madrid.
Todos conocemos la historia de este personaje, pero creo que pocos saben que existió realmente, siendo coetáneo de Mòliere. Fue un poeta, un vividor que alcanzó fama mundial gracias a esta obra dividida en cinco actos.
La historia que se narra es conocida de todos, pero la refrescaré: Cyrano es un poeta, un soldado cuyo mayor defecto es una nariz descomunal (mi nariz llega minutos antes que yo). Está enamorado de su prima Roxane, mujer muy bella, pero por su fealdad no espera ser correspondido. Roxane está enamorada de Christian, un cadete de soldado. Christian es muy atractivo, pero no tiene la habilidad lingüística del protagonista. Cyrano, llega al acuerdo con Christian de escribirle cartas de amor a Roxane, de esta forma le dirá a su amada que la quiere aunque ella no sepa que es él. Roxane, que al principio ama a Christian por su físico, le termina confensando que, realmente, lo ama por el alma que le ha mostrado en sus cartas y que lo haría igual aunque fuese feo. Christian, se da cuenta de que Roxane está enamorada de Cyrano y le pide a éste que le diga la verdad. Pero Christian muere en la guerra contra los españoles, y Cyrano no se atreve a decirle la verdad a ella, dejando que la última carta escrita por el propio Cyrano sea la despedida de Christian. Quince años después de la muerte de Christian, Roxane está en un convento donde un Cyrano envejecido va a visitarle sin falta. Uno de estos días es atacado por un enemigo que le hace caer un madero que le destroza el cráneo. Herido de muerte visita a Roxane, a la que pide la última carta de Christian y recita sin necesidad de leerla. Roxane se da cuenta, en ese momento, que la persona de la que ha estado siempre enamorada es Cyrano, éste lo niega y muere bajo la luz de la luna con su libertad, siempre defendida hasta la muerte, y con su amor por Roxane tan puro como siempre.
No se preocupen, conocer la historia no es importante (aunque poca gente no la conocerá) lo importante es como logran que se viva esta historia.
¿Realmente que nos cuenta la obra Cyrano de Bergerac? ¿Qué podemos encontrar en este montaje?
Lo mejor será contestar a las dos preguntas a la vez.
Nos encontramos con una dirección, con un montaje, que mantiene viva en todo momento la obra. Es dinámico, cinematográfico...tan dinámico que vemos luchas de espadas sobre el escenario, vemos torreones y empalizadas. Tan cinematográfico que podemos ver batallas con cientos de soldados...pero todo ello sin perder su esencia teatral, que se mantiene, en parte, gracias al repeto que se tiene al verso, recitado muy bien por todos los actores.
Todo ello nos ayuda a ver a los personajes vivos, reales...que son acompañados, repito, por una gran escenografía que puede parecer sencilla pero que no lo es es en absoluto. También acompañada, por una dirección que es tan perfecta que logra que la olvides para centrarte en lo que ves, cuando eso pasa es cuando se llega a la perfección. Un gran bravo para Alberto Castrillo-Ferrer que sabe sacar lo mejor de la obra y de sus intérpretes.
En este montaje hay un papel muy importante para la música, que está compuesta por David Angulo. Acompaña perfectamente todos los movimientos y cambios de escena. Es un personaje más, tan necesario como la propia Roxane.
Nos queda hablar de los personajes y su alter ego.
Christian o Alex Gadea, interpreta muy bien al joven enamorado, pero torpe en el amor que, quizás de forma un poco ingenua, acepta la ayuda de Cyrano para enamorar a Roxane. Consigue que veas el sufrimiento de ese personaje, despreocupado del principio, ante la noticia de lo que es el amor de Roxane. Entonces puedes ver al verdadero hombre, al enamorado que prefiere ser querido por él mismo y si no es asi, renunciará antes de ser amado de otra forma.
Roxane o Ana Ruiz, nos muestra un personaje que destaca por su bondad, pero también quizás por ser ingenua. No querer ver más allá de un físico, no ser capaz de ver que su enamorado está junto a ella en silencio, sólo roto a través de Christian. Logra transmitir pena cuando se da cuenta de su error, logra que veamos perfectamente a la Roxana buena e ingenua.
Me van a permitir que me extienda en Cyrano, su alter ego es José Luis Gil. Pocos serán los que no conozcan a este actor de la televisión, pero ante su Cyrano uno olvida donde lo ha visto, se queda enganchado a este Cyrano. José Luis se lo ciñe a la perfección. Crea un Cyrano al que notas su libertad, donde ves a un "actor" en el propio Cyrano (que es un actor sino el que da su voz a otros personajes), vemos al soldado chulesco y pendenciero, vemos al hombre que se ríe de su fealdad para evitar que los demás lo hagan, vemos al hombre sensible y tierno enamorado de su prima. Al hombre valiente que por amor da, lo más valioso que tiene, su palabra, o mejor dicho, su alma para que Roxane sea feliz. Todo ello lo consigue José Luis Gil de forma magistral, volcando su alma también, porque eso es lo que llega al patio de butacas, sus almas. Hay dos palabras que definen lo que se siente viéndolo, no son muy ortodoxas pero me lo van a permitir "José Luis Gil se sale". Cuando abandonas el teatro lo escuchas cada paso que das, lo sientes en la piel cada paso que das. Creo, que puedo decir que sobre el escenario los dos son uno, y quien logra eso, logra lo que el teatro demanda: verdad, sinceridad, dejar huella en el alma del espectador.
El resto del elenco está maravilloso: Ricardo Joven, Rocío Calvo, Joaquín Murillo y Nacho Rubio, sin ellos no podríamos ver el Cyrano que vemos.
En resumen, son dos horas de puro teatro, son dos horas de pura poesía, son dos horas...que no deben perderse.
Recuerden que están en el Teatro Reina Victoria en Madrid y que en él encontrarán la magia del teatro.