domingo, 14 de julio de 2019

DE PAULA BARES



A quién, en esta entrevista, le voy a dar las gracias por aceptar mi invitación es, nada más y nada menos, que a Paula Bares, una actriz todo terreno donde las haya.

Muchos la conocerán por su intervención en series tan conocidas como "Física o química" "Gran Reserva" o "El comisario" por citar algunas. Quién, seguro, la tienen en su memoria son los seguidores valencianos, participó en "L' Alqueria blanca" serie de gran éxito del Canal 9, interpretando al personaje de Xaro.

Lo primero que notas cuando hablas con Paula es su entusiasmo, el amor inmenso que le tiene a su profesión y una, maravillosa, vitalidad arrolladora.

Cuando la vi por primera vez sobre un  escenario, en la obra "No te vistas para cenar", llegué a sentir todo lo descrito, una fuerza que traspasa baterías y que llega al espectador y Paula entonces les hará sentir lo que se proponga, los que sus personajes le exigen.

Muchas gracias por aceptar mis preguntas Paula

P: Lo primero, darle las gracias por tener la amabilidad de responder a mis preguntas. Ésta es obligada y seguro se la han realizado muchas veces, ¿Cuándo decidió ser actriz? ¿Cuándo supo que iba a ser profesional? ¿Qué tal se lo tomó su familia?

R: Gracias a ti por interesarte por mi trabajo. Siempre es un placer hablar con personas que aman esta profesión tanto como los que nos dedicamos a ella.
Tenía 6 años cuando dije en voz alta que esa era mi intención.
Me habían apuntado a teatro en las actividades extraescolares del colegio.
Era una niña bastante movida y no solía entretenerme con facilidad.
El teatro me atrapó desde el principio y como valenciana que soy decidí continuar con la actividad en la falla de mi barrio.
Con 9 años me dieron el primer premio en una función infantil y pensé que tal vez se me podría dar bien.
Me metí en el conservatorio de danza con tan solo 9 años ya que era el mismo edificio donde se estudiaba Arte dramático para poder estar más cerca de mi sueño. Años después me licenciaría en ese mismo edificio.
Creo que supe que me dedicaría a ello cuando lo experimenté por primera vez, el escenario era “mi elemento” allí todo era posible, allí no tenía miedo a nada y me sentía segura y feliz.
Mi madre pensaba que se me pasaría, de hecho me propuso estudiar otra carrera de forma paralela. Es una profesión complicada y supongo que tenía miedo de que no pudiera lograrlo y me sintiera decepcionada.
Pronto asumió que no lo dejaría y me apoyó para que peleara por lo que quería.
Nunca vacilé, siempre lo tuve claro. Supongo que eso la conmovió.

P: Usted dice que más que una profesión es una forma de vivir, ¿imagina poder vivir de otra forma? Si no fuese actriz ¿A que le hubiera gustado dedicarse?

R: Por supuesto que es una forma de vida. Las personas que nos dedicamos a esto asumimos que es una profesión complicada para tener estabilidad económica y por ende emocional.
Estamos a expensas de que alguien confíe en nuestra valía, crea en nosotros y nos de una oportunidad para desarrollar nuestro trabajo.
Si te soy sincera cuando fui madre me planteé una vida diferente para poder conciliar la vida familiar pero después de estar alejada de los escenarios una temporada me di cuenta de que era profundamente infeliz.
Yo soy actriz, no era feliz gastando mi tiempo laboral en otras ocupaciones. Me faltaba algo y era fundamental.
Estudié psicología porque me encantan las reacciones complejas del ser humano y siempre he querido ser útil para el desarrollo emocional de los demás.
La psicología era otra manera de acercarme a las personas y contribuir en dar respuestas a sus intranquilidades.
Creo que el arte en general y el teatro en particular contribuyen a que seamos mejores personas. La psicología en parte persigue el mismo objetivo.

Foto del Sitio web Oficial de Paula Bares
P: Sobre el escenario le he visto interpretar, cantar, bailar... Es una actriz todo terreno, para mí algo admirable, ¿cómo prepara todos sus personajes? ¿Cómo logra tocar todos los palos con el gran nivel con que lo hace?

R: Muchas gracias, la verdad es que las personas somos capaces de superarnos si alguien cree en nosotros.
Mi especialidad es el teatro textual, es cierto que en la carrera recibimos formación corporal y vocal pero los musicales están protagonizados habitualmente por los compañeros que tienen la formación en esta especialidad.
He tenido la enorme suerte de cruzarme en el camino con directores que confiaban mucho en mi afán de aprendizaje y superación y eso me ha hecho no estancarme y continuar creciendo. En esta profesión por suerte siempre estamos reciclándonos y aprendiendo.
Cualquier personaje, grande o pequeño es un gran viaje que merece de todo mi respeto y dedicación. Reconozco que soy muy exigente y siempre trato de superarme y seguir aprendiendo.
No soporto la monotonía así que necesito que el trabajo esté vivo y que cada función sea única y diferente.
Creo que la clave para seguir aprendiendo radica en no perder la ilusión ni la capacidad de sorprenderse de las propias capacidades y poner todas las herramientas a disposición del proyecto.
Me gusta mucho trabajar en equipo y estoy abierta a cualquier sugerencia de dirección que pueda mejorar mi trabajo.
Me gusta escuchar e intento absorber cualquier directriz, soy bastante flexible en eso.

P: La siguiente pregunta la realizo siempre porque es muy interesante las respuestas que ustedes dan. Muchas actrices se quejan, y con razón, de que hay menos papeles interesantes para ellas que para los actores ¿usted lo ha notado así o cree que afortunadamente la cosa va cambiando?

R: Generalmente así es.
En teatro quizás no es tan evidente aunque está mejor visto que los hombres interpreten personajes femeninos y no al revés. Y es curioso porque en los inicios del teatro las mujeres no podían actuar. Los hombres hacían de mujer y alguna mujer que quería participar tuvo que fingir que era un hombre.
En audiovisual los personajes interesantes son fundamentalmente masculinos,las mujeres tienden a ser las acompañantes sin grandes conflictos ni desarrollo dentro de la trama.
Hay una edad donde los personajes femeninos escasean dentro de los repartos ( de los 44 a los 50 aproximadamente) Por suerte cada vez son más las mujeres guionistas, directoras de casting, productoras, directoras que tienen más visibilidad y al ser conscientes de esta realidad abogan con  mucho talento por el cambio.
Así como muchos hombres de la industria que empiezan a contar sus historias evitando la invisibilidad de las mujeres y dándoles dentro de la trama el protagonismo que merecen.

P: Usted ha trabajado en cine, televisión, teatro, cada uno exige algo diferente ¿Cuál es con el que más disfruta? ¿Qué capacidades debe tener una actriz de teatro que en las otras disciplinas no son necesarias?

R: Me considero una actriz privilegiada, empecé a trabajar muy joven a nivel profesional y he podido como bien dices tocar todos los palos.
El teatro tiene la adrenalina del directo, el “aquí y ahora” y eso engancha.
Saber que tienes que estar totalmente concentrada y que no puedes repetir genera una energía muy potente.
En teatro la dicción, proyección y la energía colocada es fundamental,.
Una actriz de teatro debe tener una potencia distinta a la que se exigen en otros medios. No es tanto la imagen como la magia.
Poder captar la atención de un patio de butacas sin otros elementos  que uno mismo es complejo. Los actores de teatro son una raza aparte.
Intento disfrutar de todo lo que hago, cada medio tiene su encanto.
Personalmente me encanta la velocidad de la televisión donde cualquier pequeño gesto lo recoge la cámara y hay que ser más comedido.
El cine aunque lo he probado es una asignatura pendiente que me gustaría experimentar más.

P: Ha interpretado muchas cosas como actriz pero ¿Qué le haría ilusión hacer? ¿Qué sueño le gustaría cumplir sobre un escenario?

R: El mejor papel siempre es el que hago ahora, intento centrarme en cada reto que me llega como si fuera el primero y el último.
Hay muchas cosas que todavía no he hecho.
Últimamente  todo lo que me llega es comedia, personajes que sirven la función, resolutivos y protagónicos.
Me encantaría hacer un drama. Un personaje potente y con mucho “arco” Una mala, malísima. Es algo muy alejado a mí y sería todo un reto.
Me gusta escribir. Tengo varías historias empezadas. Me encantaría interpretar a  alguno de los personajes que he desarrollado en papel para poder ver la reacción del público y contribuir no solo con mi interpretación sino también con mis palabras ya que aunque intentamos hacer nuestras las palabras del guión para dar veracidad siempre hablamos por boca de otros autores.

Foto del Sitio web Oficial de Paula Bares
P: Esta pregunta también es de mis favoritas. Desde que comencé a ver teatro, hace ya “taitantos” años, siempre he oído “el teatro está en crisis" pero yo no lo vivo así. Me gustaría que animara a la gente que no acude al teatro, que les dijera algo para que conozcan un mundo mágico.

R: Afortunadamente la gente joven cada vez va más al teatro.
No a todas las personas nos gustan y nos sirven las mismas cosas.
Animaría a la gente que no ha ido nunca a que probara, siempre es mejor saber a que decimos que no después de experimentarlo.
La industria teatral está resentida, es complejo producir y que sea rentable ya que cada vez se impone un teatro de gente conocida y producciones mediáticas.
Hay grandes profesionales del teatro a los que nadie conoce porque no tienen visibilidad mediática pero si mucho talento y es una pena que las personas se pierdan la posibilidad de disfrutar de su magia.
El teatro es una energía maravillosa que necesita de un espectador para poder ser realizada. Para poder continuar necesitamos que alguien quiera  venir a compartir estas fantásticas historias con nosotros.
Uno nunca es el mismo tras una función del teatro, es una inversión personal que nadie se debería perder. El teatro transforma.
Para eso fue creado, para trasmitir y cambiar la realidad!

P: "En maravilloso fue volver" interpreta a una Primera Vedette. Es precioso el homenaje que realizan, no sólo a Lina Morgan, sino a todos los que se dedicaron a la Revista, que ahora parece olvidada. ¿Qué es lo más bonito de este homenaje? ¿En quien pensó, si lo hizo, para ser esta vedette? La respuesta del público es, como el título, maravillosa ¿qué siente cuando las risas y el aplauso del público llega al escenario?

R: Cuando José Saiz, el productor del espectáculo me ofreció el papel he de reconocer que me asusté muchísimo, jjajjajja.
Me gustan los retos pero este me parecía realmente complejo. Cantar, bailar, enseñar el cuerpo  como reclamo mis 40 recién cumplidos y tras mi maternidad me parecía demasiado ambicioso.
Luego leí que Rita Hayworth en la famosa secuencia de la película acababa de dar a luz y que no cantaba ella realmente me relajé. Las comparaciones son odiosas pero entendí que si confiaba en el proyecto todo saldría adelante y lo podría defender profesionalmente.
Me planteé trabajar desde una actriz que hacía de vedette, el productor había llamado a una actriz para este personaje, no a una vedette  porque quería una actriz que pudiera cantar y bailar y sentí que no podía defraudarlo. Cuando alguien deposita su confianza en mí no queda otra que responder y superarse.
Está siendo un viaje maravilloso.
Respeto mucho a las vedettes que he conocido e intento estar a la altura de las circunstancias. Y aunque me han comparado con Esperanza Roy, todo un privilegio por otra parte, no me he basado en ninguna en concreto porque quería encontrar una propuesta personal y diferente.
Las personas que formamos parte de este espectáculo estamos totalmente agradecidas y emocionadas con la respuesta del público.
Los espectadores viajan con nosotros a aquella época y se emocionan mucho. Es un regalo poder trasladar al espectador a aquellos años y me siento una privilegiada de contribuir a arrancar una sonrisa nostálgica  a las personas que nos acompañan.
Para mí personalmente ha sido muy emocionante dado que mi abuela falleció en el proceso de ensayos y no ha llegado a verla con la ilusión que le hacía, por eso cada persona mayor que está en el patio de butacas tiene un poco de ella y de alguna manera siempre me acompaña.

 P: ¿Nos podría adelantar algunos de sus proyectos futuros?

R: Ya sabes que a los actores nos da miedo hablar de nuestros proyectos por si no llegan a materializarse, corre entre nosotros la leyenda urbana y la superstición de que lo que se cuenta no pasa.
Te puedo contar que tengo la intención de volver a la televisión y tengo un proyecto personal que espero que vea la luz antes de que acabe el año.
Se están moviendo muchas cosas actualmente y tengo las pilas cargadas para llevarlas a cabo.
Tengo la fortuna de estar activa y soy consciente de que esto son temporadas así que estoy enfocada en aprovechar todas las oportunidades que vengan y disfrutarlas con la ilusión del primer día.

P: Si quiere añadir algo más, somos todo oídos.

R: Gracias por tu interés.
Me ha encantado charlar contigo, espero que lo volvamos a hacer pronto e ir acumulando nuevas experiencias.
¡Nos vemos en los teatros!

Pues, de nuevo, Paula muchas gracias. El placer ha sido mío, eres una mujer fantástica, gracias a profesionales como tú el teatro siempre estará vivo. Además, he tenido la oportunidad de conocer a la persona que hay detrás de una maravillosa actriz, he de decir que es aun mejor, y el listón estaba alto. 

El último estreno de Paula, "Maravilloso fue volver" estará en Valladolid el 7 de septiembre en el teatro Carrión y a partir de noviembre, de nuevo, en el teatro Flumen de Valencia. Desde estas líneas ánimo a todos los que puedan que vayan a verlo y disfruten, eso lo garantizo, durante dos horas inmensas.

Pero si me permiten otro consejo, acudan siempre que puedan a una obra donde Paula se suba al escenario, sentirán lo que es el teatro.

sábado, 6 de julio de 2019

DE NUEVO COPHENAGUE

Hoy, de nuevo, voy hablar de una obra, más exactamente de "Cophenague" Digo, que voy a volver hablar de ella porque, si lo recuerdan, en el blog ya hay una entrada de esta obra. La que vi en el 2002 interpretada por Fernando Delgado, Juan Gea y Sonsoles Benedict,  dirigidos por Román Calleja

Si me permiten me voy autocitar en ciertos momentos

La obra Copenhague de Michael Frayn,  desarrolla un encuentro real, en 1941, entre dos grandes físicos: el alemán, Werner Heisenberg, que viajó a Copenhague para visitar a su maestro danés, Niels Bohr. Lo que en esa reunión se habló, es totalmente desconocido, ninguno de los dos comentó nada posteriormente, la única persona presente fue la esposa de Niels Bohr, Margarita. Así que, la obra deja a la imaginación del autor volar para poder conocer lo que conversaron, obviamente, en un marco de tensión provocado por la relación de ambos y sus diferentes países, durante la Segunda Guerra Mundial.

Pero antes, de la mencionada y lógica tensión, habían sido discípulo y maestro, ambos consiguieron revolucionar la física, pusieron las primeras piedras para las investigaciones atómicas. Y esto es lo que el autor utiliza para dar sentido a una visita, que en el fondo, ni los propios protagonistas saben muy bien por qué se produjo, no saben por qué el físico alemán decide ver a su maestro.

Según lo que vemos sobre el escenario, Werner Heisenberg, que trabajaba en la bomba atómica para los alemanes, realmente visita a su maestro danés porque tiene un importante dilema moral ¿puede un científico trabajar en una investigación sobre cómo se puede utilizar la energía atómica? ¿puede moralmente hacerlo? Ambos son personas que trabajan con la incertidumbre científica, en muchas ocasiones no logran encontrar respuestas a esas dudas que ellos mismos además crean, y eso marca sus vidas también. A veces, no son capaces de bajar de sus teorías a la realidad, pero ahí es donde aparece el tercer personaje Margarita, nos muestra y les muestra, cuanto de humanos tienen estos dos grandes científicos.

El reproche del matrimonio hacia el alemán es continuo, no se logra llegar a ninguna conclusión real porque, si somos sinceros, cada uno de nosotros tiene su propia teoría, y es difícil que entendamos la del contrario. Lo que si podemos notar es que, los reproches que se hacen están llenos de dolor, dolor provocado por el amor y admiración que se tenían. Una Guerra, que todo lo destruye, también termina con ello.

La obra está dirigida por Claudio Tolcachir, la dirección es buena. Los tres personajes se mueven de forma correcta por el escenario, sus interpretaciones tienen la intensidad adecuada, quizás bajen en algún momento, pero poco perceptible.

Los intérpretes, es difícil ser imparcial y  hablar de ellos. Los dos científicos son interpretados, para mi, por dos maravillas, dos portentos de la escena, hablo de Emilio Gutiérrez Caba y Carlos Hipólito.

Mi admiración más absoluta para Carlos Hipólito, el monólogo final es para guardar en la memoria siempre, como todo lo que él interpreta. Emilio Gutiérrez Caba, aunque su interpretación la hace con oficio admirable, le falta, en mi humilde opinión, un poco de intensidad. Malena Gutiérrez es una muy buena contrapunto para ellos, conoce y hace su oficio de forma perfecta. Crean armonía sobre el escenario.

Pero al salir del teatro he tenido la misma incómoda sensación que la primera vez: ¿realmente debemos avanzar, deborando todo, sin plantearnos la duda moral de que quizás nuestros avances no sean los adecuados? En Copenhague no nos están hablando de épocas tan lejanas...