De la obra sólo diré, para no contar de más, que podemos ver sobre el escenario diferentes historias, historias que se cruzan, historias cuyo eje es el amor, o mejor dicho la búsqueda del amor. Amor, que podemos encontrar siguiendo los dictados de la sociedad, sin estar seguros de que esa sea nuestra forma correcta de buscarla, aunque puede serlo. O, buscarlo en otras dimensiones que nos dan la intensidad de nuestros sentimientos, dejarnos guiar por nosotros mismos ignorando todo lo demás, aunque, eso a veces nos lleve a un desastre. El amor es un cíclope, miradas que se cruzan hasta formar una sola mirada, un solo ojo
Es bien cierto, que cuando sales de la obra vas discutiendo de como se debe llegar y llevar el amor. Reflexión complicada, porque todos nosotros tenemos la nuestra y, además, va cambiando según lo hace nuestra vida.
La dirección, es una máquina bien engrasada que nos lleva por las historias entre paneles bailarines, mecidos por una gran música de Marc Álvarez. Ignaci, ayuda al espectador, a caminar entre historias que nos hace recordar que en algunos momentos incluso la hemos podido vivir.
Los cinco actores, Eva Isanta, Daniel Freire, Manuel Baqueiro, Sara Rivero y Celia Vioque, consiguen hacernos vivir sus historias de amor. Pero, si se me permite, me gustaría destacar a dos de ellos: Eva Isanta y Daniel Freire. Ninguno de los dos está por encima del otro, ambos han tenido los momentos de más intensidad, que tenían que alcanzar en poco tiempo marcados por el rápido ritmo de la obra, lo han logrado con una naturalidad enorme. Grandes ambos. Grandes los cinco.
Al final hemos podido, los espectadores, realizar un encuentro con el director y los actores, lo que allí se ha dicho queda entre bambalinas.
PD: Recordad hasta el 17 de septiembre en los Teatros del Canal