Hoy he ido a disfrutar con El Médico, el musical.
Lo primero que quiero destacar es que la producción es enteramente española.
Lo segundo, es que escribir una crítica del espectáculo es muy fácil porque es maravilloso.
Perfecta la dirección de Ignaci Vidal, perfecta la música de Iván Macías, perfecto el libreto de Félix Amador, perfecta la interpretación de todos, perfectos los músicos, perfecto los trajes diseñados por Lorenzo Caprille.
El movimiento que se produce en el escenario, la coreografía es aparentemente inexistente lo que la hace aún más admirable.
La música, tiene una fuerza enorme, y el libreto aún la intensifica más. Hacen un biomio que es imposible no sentirlo en la piel.
Los intérpretes culminan la magia. Guido Balzaretti como Rob, Cristina Picos cómo Mary, Beatriz de Teresa cómo Rob niño están electrizantes. Todo el elenco lo está.
Pero permítanme que hable de tres personajes que cuando leí el libro me llamaron la atención, y que están interpretados por tres artistas magníficos.
El primero que aparece en la historia es Barber, un buen tipo, aunque brusco, es capaz de transmitir su amor por la medicina porque intenta hacer bien su trabajo. Interpretado por Josean Moreno de forma magistral, y con gran cariño. He visto la persona que me imaginé, es más, es la persona que me imaginé.
Avicena, un sabio que cuando te lo describen, supones engreído...pero lo que realmente te encuentras es un buen hombre, dispuesto a seguir aprendiendo, ayudar a quienes lo necesiten, enseñar a quienes quieren aprender. Sinceramente creo, que no hay nadie que pueda interpretarlo como lo hace Alberto Vázquez. De manera sosegada, como es Avicena, con pasión contenida, como pide el personaje.
Por último el Sha, un ser vil y malvado. Un ser egoísta y sin corazón. Enrique Ferrer lo interpreta con tanta fuerza que te hace daño verlo.
Si escuchas al público, sabes que le ha llegado al corazón. Sobre el escenario han contado una historia que, posiblemente, conoce casi el 100 por 100 de los asistentes, y, aún así, han conseguido asombrarlos y llegar a ellos de forma mágica. En los aplausos, sientes la comunión que logran entre los espectadores y todos los que hacen posible el espectáculo.
Hasta el 24 de abril estará en el Espacio Ibercaja Delicias. Si realmente quieren un regalo para el corazón, no dejen de asistir.