sábado, 24 de junio de 2017

DE HÉROES

Hoy, voy hablar de una obra, que aún está de gira, "Héroes" del autor francés Gérald Sibleyras.

Confieso que la he visto dos veces. La primera porque, desde hace muchos años, todo lo que Juan Gea interpreta lo veo. Esto sucede, desde el "El Concierto de San Ovidio" del que ya he hablado en entradas anteriores.

Pero la segunda fue para poder disfrutar, de nuevo, de una muy buena pieza teatral.

Me encontré ante una obra que habla de la necesidad de no perder jamás la esperanza...Pero sobre todo, de una fuerza que nos ayuda a seguir, una fuerza fundamental para poder continuar la vida: soñar. Soñar para no perder nunca la esperanza.

Tres veteranos de guerra, que viven en un hospital militar, pasan el tiempo recordando campañas militares, criticando a una de las hermanas y reflexionando sobre sus vidas

Ven pasar de esa forma el tiempo,  hasta que Gustave (Juan Gea) propone a Henri (Luis Varela) y a Phillippe (Iñaki Miramón) que al igual que las aves huyan hacia los álamos.

La dirección de Tazmin Townsend, es perfecta. Marca muy bien el ritmo de la obra lo que permite que disfrutes de ella.


Sobre el escenario tres grandes: Luis Varela, Juan Gea e Iñaki Miramón. No puedo decir nada de ellos por separado, los tres están magistrales, porque son partes de un mismo todo.

Es una obra con la que te ríes, mucho, pero que también logra que te emociones. Sales con sentimientos a los que no esperabas consiguieran llegar. Cuando abandonas el teatro sigues pensando y valorando lo que has visto, durante bastante tiempo y si has ido acompañada ya tienes horas de debate.

He de decir que sobre el escenario está un convidado de piedra, pero que llega a ser un personaje importante, no añado nada más.

Lo que si digo es que si podéis vayáis a verla, aún tenéis la oportunidad, y cuando salgais os llevaréis en el alma un pequeño regalo, disfrutadlo.

miércoles, 21 de junio de 2017

DE LA VENGANZA DE DON MENDO

Hoy nos vamos a entretener con una obra de Pedro Muñoz Seca, que fue el creador del nuevo género teatral la Astracanada, su definición buscada en internet es: una teatralización de la realidad, explota el uso del retruécano, de falsillas sentimentales y de situaciones disparatadas, a las que se supeditan los personajes y la acción, haciendo uso de juegos toscos de palabras, tipificación regional del habla, nombres propios que dan lugar al equívoco y al chiste, abuso del ripio, etc

La definición se entiende, pero cuando os diga la obra que la representa, y yo creo que casi todos hemos visto (en teatro o cine), ya se entiende a la perfección: “La Venganza de Don Mendo”. Es una de las más divertidas del mundo.

 La obra tiene el siguiente argumento que, como se puede ver, se adapta perfectamente a la definición que he citado antes: Don Mendo, un noble, mantiene relaciones con la hija de Don Nuño Manso de Jarama que tiene como nombre Magdalena. El padre de Magdalena acuerda casarla con Don Pero de Toro. Ella, que quiere ascender socialmente, acepta,  pero no avisa a Don Mendo que es descubierto en el castillo con ella. Para evitarle la vergüenza Don Mendo confiesa que ha ido a robar. Es encarcelado y condenado a muerte por Don Nuño y Magdalena para evitar que hable lo manda emparedar. Cuando don Mendo se entera, quiere venganza y con la ayuda del Marqués de Moncada logra escapar.

Para vengarse comienza su vida como el trovador Renato, todas se enamoran de él. Incluida la mora Azofaifa, que le acompaña como bailarína y la propia Magdalena. Ésta se cita con el trovador y su nuevo amante el Rey Don Alfonso, pero es espiada por su padre y su marido que quieren matarla por infiel. A la vez la Reina Berenguela  se cita también con el trovador. Nos vamos a encontrar con todos los personajes en la cueva: Magdalena, Don Mendo, Don Nuño, Don Pero, Moncada, el Rey, la Reina, Azofaifa, y demás acompañantes, así como Doña Ramírez y el Marqués de Moncada. A partir de aquí mueren casi todos los personajes, las excepciones son el Rey, la Reina y el Marqués de Moncada.

Creo que se nota que la obra es un auténtico culebrón, el argumento es incluso ridículo porque lo que se busca en este género es divertir por divertir. Lo importante es la diversión, contar algo para provocarla, la historia que se cuenta no tiene tanta importancia. Y  nos encontramos que “La venganza de Don Mendo” es una parodia de los dramas históricos, cuyo lenguaje podríamos decir que era “estirado”.

Tengo que decir, que lo que más me gusta es, como, Muñoz Seca, maneja el lenguaje, más que con las situaciones que se ven sobre el escenario, el autor consigue el divertimento del espectador utilizándolo de forma muy inteligente.

En mi retina la representación que siempre quedará será la que Manolo Gómez Bur,  en 1981 y dirigido por Gustavo Pérez Puig , realizó en el teatro Cómico de Madrid. Han existido más representaciones, de hecho creo que es la cuarta obra más representada,  y todas de alto nivel, y aunque sea repetitiva, añado que el texto ayuda a que la representación se disfrute.

Creo, que la mejor forma de poder mostrar lo que es el género de la Astracanada y, sobre todo,  lo que es la genial obra de Pedro Muñoz Seca sería dejaros con un pequeño trocito de ella como despedida:

Magdalena quiere que detengan a Don Mendo y le prepara una encerrona, este sin enterarse de nada, vamos que está a por uvas

MENDO:

– El Barón
de Vedia, un aragonés
antipático y zumbón
que está en casa del Marqués
de huésped o de gorrón.
Hablamos... ¿Y vos qué haceis?
Aburrirme... Y el de Vedia
dijo: No os aburriréis;
os propongo, si queréis,
jugar a las siete y media.

MAGDALENA:
– ¿Y por qué marcó esa hora
tan rara? Pudo ser luego...

MENDO:
– Es que tu inocencia ignora
que a más de una hora, señora,
las siete media es un juego.

MAGDALENA:
– ¿Un juego?

MENDO:
– Y un juego vil
que no hay que jugarlo a ciegas,
pues juegas cien veces, mil,
y de las mil, ves febril
que o te pasas o no llegas.
Y el no llegar da dolor,
pues indica que mal tasas
y eres del otro deudor.
Mas ¡ay de ti si te pasas!
¡Si te pasas es peor!

miércoles, 14 de junio de 2017

DE UN ACTOR QUE NO CONOCÍ: ANTONIO CASAL

Hoy no comentaré ninguna obra, principalmente, porque a la persona, de la que me gustaría hablar, no me fue posible verla sobre los escenarios, murió cuando yo era muy, pero que muy, pequeña.

Posiblemente, alguno se pregunte por que entonces tengo ese interés, ya que nunca pude verlo en directo. La explicación es sencilla, en ocasiones hay actores o actrices, incluso gente que se cruza en tu vida, que conoces un minuto pero ese minuto se queda en tu retina, y en ocasiones en tu alma, durante mucho tiempo. Lo que quiero decir, es que te trasmiten algo, algo que no podrías definir, pero esa persona te gusta.

Y eso fue lo que a mí me pasó con Antonio Casal. Reconozco, que no fue amor a primera vista. Recuerdo, que siendo relativamente pequeña, al mediodía ponían películas, hasta que comenzaba el telediario. Yo cuando regresaba del cole, para comer, las veía. Se solían dedicar a un género, a un actor, a una actriz…pues bien durante un tiempo se dedicaron a Antonio Casal. Repito que no fue amor a primera vista, y la verdad, lo reconozco, es que no les prestaba atención, Antonio Casal me recordaba a Buster Keaton, actor que, en ese momento, yo tampoco valoraba de la forma adecuada.

Seguí creciendo, que es lo que se suele hacer a esas edades, y comencé a ver las películas que ponían por la noche, en la mayoría de las ocasiones en la segunda cadena (sobre todo cuando dejaron de existir sólo los dos canales) y vi, de nuevo, una película, a la que si presté en ese momento atención: “La Torre de los Siete Jorobados”

Película dirigida por Edgar Neville, en el año 1944, y protagonizada por Antonio Casal, Isabel de Pomes y Guillermo Marín. En ella se mezcla la leyenda, lo castizo, el terror…me quedé hipnotizada frente a la televisión y disfruté como una niña con un juguete nuevo (no cuento nada de la película para que os animéis a verla). Comencé a mirar a nuestro actor de otra forma.

Tan diferente era mi mirada que inicié un repaso a sus películas, las mismas a las que siendo más joven no les había prestado la más mínima atención y, que, ahora se encuentran entre mis favoritas: “El hombre que se quiso matar”, “El fantasma y doña Juanita” o “Botón de Ancla” por citar algunas.

También, me he ayudado de “Estudio 1” para llegar a admirarlo y desear haberlo conocido trabajando sobre un escenario, obras como “La bella Dorotea” o la ya famosa “Doce Hombres sin Piedad” han sido claves para conseguirlo.

Recomiendo ver estas películas con ojos actuales, no me gusta decir que hay que verlas con los ojos de su época, porque creo que la única forma de ver, de sentir el mérito que realmente tienen,  es entenderlas con nuestra mentalidad, con los avances en las técnicas cinematográficas…realmente, si las miramos así, para mí el mérito es impresionante.

La conclusión a la que, creo, que todos habéis llegado es que, sin duda alguna, me hubiera encantado conocer sobre un escenario a Antonio Casal. He preguntado por él a personas que sí lo hicieron y todos me dicen lo mismo: era muy natural, que sabía estar sobre un escenario...Para mi Antonio Casal ha sido un cómico (en toda la extensión de la palabra) que ha sabido llegar a generaciones posteriores, y que se merece más atención y homenaje del que ha tenido. Por mi parte tiene y tendrá toda mi admiración.

Y vuelvo a repetir que no sé por que pero, de alguna forma, consiguió, valiéndose de los medios en los que yo podía conocer su trabajo, que lo admirase. Y debo reconocer, también, que alguna vez que he montado obras en mi imaginación, lo hago muy a menudo, Antonio Casal jamás me ha faltado a la cita.

jueves, 8 de junio de 2017

DE JOSÉ TAMAYO

En anteriores entradas, he hablado de actrices, actores, escritores y hoy, quiero hablar de un director: José Tamayo

Este director revolucionó la escena española, gracias a él, por ejemplo, la zarzuela llegó a todo el mundo, sus montajes fueron innovadores, del Teatro Fuencarral al mundo.

Yo no conocí esa época, entre otras cosas porque no había nacido, para mí José Tamayo era un gran director, me parecía fresco, me gustaba. Fue tras su muerte, en 2003, cuando realmente pude conocer su importancia. Entre muchas cosas fundó el Teatro Bellas Artes, y,fue, precisamente en este teatro donde vi por primera vez uno de sus montajes en 1994: Calígula de Albert Camus.

Explicar esta obra es complicado, si hiciésemos un resumen rápido sería algo así como: tras la muerte de su hermana y amante, el emperador se vuelve loco, maltrata de forma brutal a todos sus súbditos, y estos una vez hartos lo asesinan. Pero esto es simplificarla mucho.

En esta obra, donde un emperador dulce y bueno se convierte en un déspota sanguinario, vemos reflejado el poder sin límite, usado de forma horrible, para encontrar una libertad mal entendida. Caligula se siente por encima de los dioses ya que no hay nada que no pueda hacer, llega a matar al hijo de uno de sus consejeros o al padre de quién es su mejor amigo.  Albert Camus dijo de su personaje  que “negaba a los hombres”, es cierto, pero esa negativa le lleva a no alcanzar nunca lo que busca, ya que en muchas ocasiones lo que buscamos está en los demás, por ejemplo la amistad, aunque a veces tenga que partir de nosotros mismos. Finalmente Calígula acepta morir porque entiende que nunca alcanzará la felicidad o la libertad.



En la versión que yo pude ver, Calígula era interpretado por Luis Merlo. Llegas realmente a odiar al personaje, pero a la vez consigue que entiendas sus sentimientos.
Otro de los actores que me llamó la atención fue Pedro Mª Sánchez, que interpreta a Quereas, un personaje que con su inteligencia supera el odio.
La última escena donde es asesinado y aun así grita antes de morir que aún está vivo, es bastante impactante. Calígula muere sin conseguir lo que tanto ansiaba: conseguirlo todo y ser libre

En mi opinión José Tamayo mimo a los personajes en su montaje, algo que en en esta obra es esencial. Son ellos, los que nos permiten entender el deseo de libertad lleno de odio a la humanidad.

Consiguió Tamayo, por medio del vestuario, de la música (de García Abril) de la dirección de los, por otro lado maravillosos, actores y actrices, sacar a la pieza de Albert Camus todo su valor. Sin duda es una de las obras más importantes del siglo XX y Tamayo supo mostrárnosla con toda su intensidad.

Con estas líneas me gustaría  rendir, mi mas sincero homenaje, a un director que supo ir más allá y llevarnos con él, a todos los que pudimos acompañarlo a través de sus montajes o mejor dicho Bellas Artes.

sábado, 3 de junio de 2017

DE UN MARIDO DE IDA Y VUELTA

Cuando alguien me pregunta: ¿dime una obra a la que tengas especial cariño porque te lo pasaste genial?
Contesto: hay muchas
El preguntón: pero elige una
Yo: Un marido de ida y vuelta de Enrique Jardiel Poncela

De verdad que tengo muchas en mi mente, y con muchas he disfrutado pero la mencionada es especial. Nos encontramos con un humor ilógico, intelectual, que parte de unos absurdos rompedores (recomiendo leer también "Eloísa está debajo de un Almendro", con ella descubrí la mezcla de lo absurdo con la risa en estado puro) es pura magia.

Foto del Centro de Documentación Teatral
El argumento: Pepe muere en una fiesta de disfraces, vestido de torero, antes de morir le pide al atractivo Paco Yepes que no se case con su mujer, Leticia. Paco no lo cumple y se casa con ella. El marido se aparece, vestido de torero, de inicio sólo a Paco Yepes y luego a todos. Habla con Leticia que le promete a Pepe que vivirá sola y que se reunirán tras su muerte. Poco después, discute con Paco Yepes y saliendo de la casa es atropellada y muere, reuniéndose con su amor.





Dicho así parece simple, y habrá quien diga que el argumento se asemeja a un "Espíritu burlón" de Noel Coward, pues, aviso a navegantes, Noel la escribió un par de años después.

La obra es fresca, ingeniosa, con escenas memorables como cuando Paco Yepes (segundo marido) intenta leer un poema a Leticia, y el fantasma se lo impide de forma magistral.

Quizás influya también en mi recuerdo que, cuando la vi, en 1985 en el teatro Maravillas, lo hice de la mano de tres maravillosos intérpretes: Amparo Baró que es una dama del teatro, Jesús Puente (el marido torero) del que poco se puede  a decir porque todo el mundo lo conoce y Joaquín Kremel como Paco (segundo marido) en esta obra fue donde lo descubrí, inmenso.

Podría añadir mucho más sobre Jardiel, pero sólo diré una cosa, háganse un favor y ponga un Jardiel en su vida, léanlo nunca se arrepentirán.