El título: "Por los pelos", su autor: Paul Pornet, autor y psicólogo, escribió la obra para ver la reacción de la gente ante hechos concretos.
Lo que vemos sobre el escenario es una peluquería, y lo que vimos al entrar al Fígaro también. Había personas que te ponían adornos en el pelo, mi hermana pequeña se puso un penacho de colores.
Para que me entiendan bien como se desarrolla, permítanme un ejercicio de memoría. Ustedes recordarán esos libros que leíamos de niños, que cuando se llegaba a un punto de la historia era el lector quién decidía ir por un camino u otro de la misma, y según lo que se eligiese ésta era diferente. Pues bien eso es exactamente lo que ocurre en " Por los pelos"
En el escenario se comete un crimen, todos tienen un motivo para querer matar al "vecino molesto", llega la policía y se encienden las luces...todos entramos a formar parte de la obra. El respetable comenzará a realizar preguntas a los personajes, intentarán sonsacarles...en definitiva los habitantes de las butacas se convierten en detectives.
Su participación es fundamental ya que, finalmente, son ellos los que, a mano alzada, deciden quién es el asesino. Una vez elegido, las luces se apagan y continúa la representación como si nada hubiera pasado pero ha pasado...el público ha sido quien ha decidido el final.
Todos los actores estuvieron genial pero quiero destacar a uno, que ya se marchó, Ángel de Andrés López, que interpretaba al policía. Grande muy grande.
En resumen lo que nos encontramos es una obra que tiene humor, intriga, drama y lo más novedoso participación del público.
Cómo anécdota tengo que decir que fui tres veces, y en las tres el asesino fue el mismo. Era el personaje, quizás, más siniestro, que no malo, que tampoco tenía un motivo mayor que los demás para cometer el crimen, pero era el elegido.
Curioso que la mente humana tienda a culpar a aquellos que rechazamos, o
que no entendamos o sencillamente no nos gustan. Nadie le quiso dar el beneficio de la duda y eso que estaba en nuestra mano...cuando no lo está...