viernes, 8 de junio de 2018

DE MARIA CASAL

Para hablar de nuestra nueva entrevistada tengo que comenzar con un tema personal.
Los que me leéis, ya conocéis mi debilidad por Antonio Casal, tengo una entrada dedicada a él. Y aunque nunca pude verlo trabajar en directo me cautivó su forma de hacerlo.

Así que el primer recuerdo que tengo de  nuestra entrevistada, fue viéndola presentar "Aplauso", un programa músical, yo tenía unos 10 años, y fue mirarla y recordarme a alguien, pregunté a mi madre quien era: María Casal me contestó. Entonces entendí porque me era familiar. Fue nuestro primer contacto.

Posteriormente la he visto en series como "Menudo es mi padre" u "Hospital Central" y más recientemente como Reyes en "La que se avecina"

Pero centrémonos en mi pasión, a  medida que fue creciendo mi amor por el teatro, creció mi admiración por María. Me encontré con una actriz maravillosa, e investigando me enteré que además  dirigía, y para añadir más a mi admiración, era una escritora teatral de éxito. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que nos encontramos ante una persona del Renacimiento, una mujer amante de su trabajo.

Además, y quizás lo más importante,  he descubierto a una persona maravillosa, gracias María por contestarme a estas preguntas.

P:Tu padre, era Antonio Casal, un magnifico actor, ¿En qué te ha influido en tu trabajo?
R: En la práctica no mucho. Cuando mi padre murió yo tenía quince años y ni siquiera sabía a qué quería dedicarme. Ahora, por algunos comentarios que me hacen, hay compañeros que me reprochan que he tenido algunas ventajas a la hora de convertirme en actriz, es decir, un apellido conocido. No puedo negar que es verdad. Pero quiero pensar que aparte del nombre también he heredado otras cualidades de mi padre. La genética tiene su peso en estos asuntos, me parezco mucho a él en lo no tan bueno, así que espero haber heredado algo de lo bueno. Es una suerte que mi padre tuviera talento, fotogenia, profesionalidad… ahí lo dejo.

P: Estuviste trabajando como actriz fuera de España, Estados Unidos, ¿Qué aprendiste allí? 
R: Aprendí a conocerme a mi misma como persona. Fue una época muy dura, con mucha soledad y mucha lucha, pero también muy bonita. Me gustan mucho los actores americanos, creo que tienen un gran nivel. Y allí tan difícil o más que aquí trabajar como actor. Pero sin duda, creo que están muy preparados, así como los británicos. La calidad superior de sus series, películas y obras de teatro es innegable. También he trabajado en Centro y Sudamérica así como en Europa. 

P: Además de una actriz estupenda, una gran directora, escribes obras de teatro, como por ejemplo "Te he dejado un pollo en el horno" con la que estás de gira, "Lobas" sería otro ejemplo ¿Quien nació antes, la actriz o la autora? 
R: Gracias, gracias (me pongo colorada). La verdad es que siempre he escrito, desde joven. Tengo unas cuantas cajas llenas de ideas para guiones y obras de teatro. Quiero decir a mí escribir me ha salvado la vida. En esa época de tu vida en la que deberías estar recogiendo los frutos de tu carrera, a las actrices nos invisibilizan (¿palabra nueva?). Yo me negué a hacer sólo personajes abatidos, tristes, amargados, cornudos y fracasados… y por supuesto, breves. Y me sigo negando, por eso escribo. Porque no es verdad que las mujeres no tengamos opinión, vida plena, sentido del humor e incluso caprichos que satisfacer. Puedo decir que como autora estoy teniendo una respuesta que no esperaba, y haciendo los mejores personajes de mi vida. Y encima escritos por mí.

P: Tocas todos los palos ¿Con cuál te quedarías?  ¿Con cuál es con el que más disfrutas?  
R: Me gusta todo aunque creo que donde mejor me lo paso es en televisión. Ahora estoy participando en la segunda temporada de la serie “Vergüenza” de Movistar, un lujo. Tampoco pudo contarte nada de ello, ya sabes, por no destripar. Nunca había trabajado con dos directores a la vez y es una experiencia muy enriquecedora.  Me gusta trabajar en equipo y cuanto mas grande, mejor. Tener a tu lado grandes directores y estupendos actores, maquillaje, estuario, equipo de cámara… todos te enseñan, creces mucho. Escribir me gusta también, pero es una actividad muy solitaria.  Aunque debo reconocer que es impagable cuando un actor dice algo que has escrito tú y la gente se ríe o se conmueve con ello. A la vez conlleva mucha responsabilidad. El autor es la fuerza motriz de todo proyecto. El primer y último culpable de todo.


P: Tú escribes para personajes femeninos, ¿crees que se debería escribir pensando más en las actrices?  ¿Ves una tendencia a ir cambiando la situación? 
R: Sólo en “Lobas” había un personaje masculino, lo interpretaba Mario Sánchez, gran actor. Ahora estoy terminando una obra para una mujer de mi edad y un chico de treinta que haría de su hijo. Perdona si no doy más detalles. También estoy a la mitad de otra obra para tres actrices de mi edad, es también comedia. Creo que hay un gigante desatendido que es el público femenino de todas las edades y en particular para espectadoras a partir de los cuarenta. En el extranjero ya se han dado cuenta de que la pirámide demográfica ha cambiado y hacen productos para este target. Hay que escribir para las actrices porque hay espectadoras, y tienen que verse reflejadas también, tanto en drama como en comedia. Mis compañeras del “Pollo” Marisol Rolandi y María José del Valle se lucen en el escenario y están teniendo un éxito artístico y personal en cada plaza que visitamos.

P: El teatro es saltar sin red ¿Crees que todo el mundo está preparado? 
R: Mi opinión es que en el teatro hay que aprender poco a poco, porque cuando se levanta el telón también estás bastante solo. A diferencia de lo que se hace para cine y televisión que tienes apoyándote a tu director y luego hay un montaje. Lo ideal es no hacer un protagonista la primera vez que haces teatro, en imagen no importa tanto. En las tablas mejor empezar con papeles pequeños e ir avanzando… y sobre todo, ver mucho teatro. Viendo se aprende mucho.


P: En mi opinión la comedia es más difícil que el drama ¿En cuál de los dos estás más cómoda? 
R: El drama se puede aprender, la comedia no. Para ser buen actor de comedia, en mi opinión, hace falta algo con lo que se nace. Las pausas, el ritmo, el tono, el gesto… Hay quien nace con ello y hay quien no. Me parece que la mayoría de actores cómicos son capaces de hacer drama, no es así al contrario, hay grandes actores dramáticos que no están dotados para la comedia. A mí me gusta hacer reír. Tanto en “Tre-mendas” como en “Te he dejado un pollo en el horno” tengo dos momentos que son más de clown que de actriz cómica. Me impone mucho hacerlos, da mucho miedo, y además son muy físicos… pero en cuanto escucho las primeras risas, me relajo y disfruto con ellos, con el público.

P: Aunque no tenga que ver con el teatro, se que eres amante de los animales, comienza el verano, ¿qué dirías a todos los que abandonan a los animales? 
R:La verdad, es algo incomprensible. Puedo entender que no puedas cuidar de tu mascota por algún motivo, tienes que solucionarlo y no siempre es lo mejor para el animal. Yo creo que los perros tienen un único amor, su amo. Y no les importa si tienen mas espacio o mejor comida, lo importante eres tú para ellos. Lo que no comprendo es que quieras a tu animal por estaciones. Sólo ponte en el lugar de tu mascota y lo entenderás.

Si quieres añadir algo más, somos todo oídos. Sólo darte las gracias. Por apoyar el teatro y a las personas que lo hacemos y felicitarte por lo bien que escribes. 

Ahora la que se pone colorada soy yo, de nuevo gracias María por tu amabilidad y cariño.

Y a todos deciros que "Te he dejado un pollo en el horno" está de gira, que cuando llegue a vuestras ciudades tenéis que verla, que no podéis perderos la oportunidad de ver a estas tres actrices sobre un escenario, que el teatro siempre es bonito pero el buen teatro aun más. Así que ha disfrutar mucho, os aseguro que saldréis pensando en repetir de nuevo, os doy mi palabra de honor porque a mi me pasó.









lunes, 4 de junio de 2018

DE AMOR, CORAJE Y COMPASIÓN

Nos marchamos a 1995 al teatro Fígaro de Madrid, allí vamos a ver "Amor, coraje y compasión" de Terence McNally.

Me vais a permitir que, quizás por primera vez, mi entrada no sea positiva del todo. No por el montaje o por las interpretaciones, que fueron perfectas, sino porque el texto, que quizás en Estados Unidos funcionara, aquí no lo hizo.

Nos encontramos con siete hombres,  homosexuales que trabajan en el mundo del teatro musical. Estos hombres pasan los fines de semana juntos en una casa en New York, y alli viven sus historias.

Nos presentan típicas situaciones, posiblemente muchas de ellas se entenderían mejor en la versión americana por los acentos, en la versión española era difícil de seguir porque no existía diferenciación en los acentos. Los temas que los personajes tratan, también, eran poco entendibles porque para muchos espectadores eran desconocidos, Broadway no es un tema muy conocido en España, y menos en 1995. Hicieron un chiste sobre la posible homosexualidad de Dany Kaye y Lorance Olivier, creo que fue el único que entendí realmente, el resto ni sonarme las personas, era difícil entrar en situación.

Los espectadores no siempre captaban el dramatismo o agobio de la escena, quizás porque en ese momento el homosexual en la mente de muchos aún era ese "mariquita gracioso" y dificultaba bastante el ponerse en su piel. Recuerdo que era 1995.

Los actores, que con permiso no diré los nombres (por el mismo motivo no voy a poner el programa) hicieron un gran trabajo, muy digno, defendieron algo que en ese momento en España era difícil de defender.