jueves, 8 de julio de 2021

DE EL MENSAJE

Hoy, al terminar de trabajar, he encaminado mis pasos al teatro Lara para ver "El mensaje" escrito por Ramón Paso. He ido, porque quería divertirme y lo he conseguido, o mejor dicho han conseguido que me divirtiera.

Con el texto enseguida te sientes cómodo o cómoda, y te dejas llevar por esa pequeña locura. Nos encontramos en el despacho de una abogada, en la lectura de un testamento, pero no es una lectura normal. Aquí, es donde viene la historia. Tras la muerte del padre y ex marido, heredarán la madre y las hijas un millón de euros cada una pero, para ello, deberán escuchar secretos que desconocen unas de otras. Deben aceptar la condición o lo perderán todo, es un último deseo muy maquiavélico.

Aparentemente es una comedia que nos hace pasar el rato, reirnos y descansar del ruidoso mundo que tenemos a nuestro alrededor, pero si, lo analizamos de forma más profunda nos encontramos con una pregunta muy importante ¿hasta que punto estamos dispuestos a vender nuestras intimidades? ¿Qué precio estamos dispuestos a aceptar? Creo, que en este momento, la mayoría daríamos dos respuestas: la primera, nunca vendería mi vida, ni mis secretos. La segunda: que digan lo que quieran porque no tengo nada que esconder ¿estamos seguros? Esperemos que el devenir de la vida no nos ponga en la tesitura de elegir.

El director es Ramón Paso que, como autor, conoce la obra como su padre que es. Mueve a todas y al único hombre de forma perfecta. A todo ello ayuda la escenografía, muy limpia de Javier Ruiz de Alegría y la iluminación de Carlos Alzueta.

Quienes nos cuentan la historia son cuatro actrices y un actor. Empezaremos por él, el muerto interpretado por Carlos Seguí. Su papel es bastante secundario pero su buen hacer, su capacidad para la comedia, hace que te fijes en él.

Inés Kerzán interpreta a la hermana mayor. Es un personaje tranquilo, sensato...Inés está perfecta, se mueve muy bien en ese registro.

Ángela Peirat es quién interpreta a la hermana pequeña, antagonista de la mayor. Es un personaje dulce, tiene una vis cómica muy alta, y que Ángela maneja con una gran habilidad y suavidad.

Ana Azorín, abogada extraña, llena el escenario con su presencia. Desde el principio, sin hablar, sólo con mímica consigue ser el centro de la escena y a medida que su personaje avanza (porque lo hace) ella va creciéndose sobre el escenario.

Por último una madre, aparentemente no demasiado amorosa, pero que es una falsedad que se va desmontando con el paso de la obra, que interpreta Natalia Millán. Decir que Natalia se mueve sobre el escenario como quién pasea por su casa, no es descubrir nada nuevo. Sin, aparente esfuerzo, nos va mostrando un personaje con muchos matices. Está perfecta.

En resumen vayan al Lara, pasen una buena tarde de teatro, desconecten del mundo y vivan la magia en un lugar seguro.

PD hoy ha ocurrido un incidente, un espectador ha sufrido una lipotimia. Desde Natalia (que ha parado el espectáculo) hasta el acomodador que nos ha dado explicaciones, se han portado como grandes profesionales. Desde aquí mi aplauso para todos y todas.

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