miércoles, 20 de mayo de 2020

DE MÁS ANÉCDOTAS

 
Perdonen que no haya escrito nada, en estos días de confinamiento, pero el trabajo (te ocupa más tiempo en casa que en la oficina) y alguna cosilla más, no me lo han permitido.

Esperando volver muy pronto a los teatros, les voy a contar dos anécdotas. La primera la cuento porque nos lleva a la segunda, bueno realmente me lleva a muchas. 

Corría el año 1981, lo sé ha pasado mucho tiempo, yo tenía 9 años, y mi tía Catalina me llevó a ver "La venganza de don Mendo" la interpretaba Manolo Gómez Bur. Era de las primeras obras a las que iba, y si ahora para mí es mágico, con 9 años era fastinante. Creo, que el teatro era el actual Fernando Fernan Gómez, el antes llamado Centro Cultural de la Villa. Cuando su fuente era ruidosa por fuera, y silenciosa cuando entrabas.

Juanjo Menéndez


Esperando el comienzo de la función veo a Juanjo Menéndez. Yo flipe, no hay mejor descripción, y se lo dije a mi tía. Ella me contestó, "acércate y pídele un autógrafo" yo que no, que me daba vergüenza, y ella, sin tener en cuenta mi pudor, me plantó delante y me dijo "venga pídeselo" 

Sinceramente, no sé si se lo pedí o sólo le extendí el programa, el me sonrió, me firmó, y me dijo "pídeselo a quién veas en el escenario, te lo agradecerán por el cariño y respeto" 

Pues, desde ese momento, durante algunos años en el que aún fui niña, lo hice siempre que pude. 

Lo que voy a contar a continuación, creo que estará un pelín descafeinado. Verán, no quiero dar el nombre de una de las actrices, por lo que tampoco diré la obra. Pero aún así la pueden disfrutar. 

Acabada la obra, la primera función, pregunto si, por favor, me podían firmar un autógrafo. Entendía perfectamente una negativa, les quedaba otra función y, a veces, que te den la lata es lo que menos te apetece. Pero me dijeron que si. 

El acomodador me acompañó a un camerino. Dentro me encuentro a Margot Cottens, con otra actriz que era la protagonista, la del gran nombre. Ésta estaba pelando una naranja y me miró con aire de suficiencia. Reconozco que me molestó, me preguntó que si lo que quería era una autógrafo, pero lo hizo de forma forzada, de gran diva que resultó molesto. Yo no entendía su actitud, si había pasado, era porque habían dado ellas el permiso. 

Matgot Cottens


Margot Cottens, lo observaba todo en silencio, de manera discreta y, posiblemente, pensando que a ella no se lo iba a pedir. Así que, y me sorprende aún lo que hice, directamente me dirigí a ella "señora Cottens ¿me puede firmar un autógrafo? "Ignoré a la otra actriz. Se, que quizás, no estuvo bien, pero me había sentado mal su actitud. Me arrepentí según lo dije. 

Ella se quedó parada y me lo firmó, me miró y me guiño un ojo, como si me leyera la mente le paso el programa a la otra actriz para que lo firmará. Y, para mi sorpresa, lo hizo. 

Le di las gracias a las dos, un poco avergonzada, y me marché. Escuché a lo lejos como Margot le tomaba el pelo. 

Todo esto, que sirva para pedirles que cuando podamos, y esperemos que sea pronto, vayan al teatro. Que disfruten y aplaudan como si no hubiera un mañana. Lo de los autógrafos lo dejo a su criterio.