sábado, 24 de octubre de 2020

DE JAIME PUJOL

 

Continuamos con las entrevistas, y tengo la inmensa suerte de tener las respuestas de un magnifico actor, director y dramaturgo (no me negarán que es un curriculum espectacular) que me maravilla desde hace tiempo, y que me ha mostrado tanta amabilidad y cariño, que mi admiración es aún mayor. Estoy hablando de Jaime Pujol.

Como ya saben, siempre cuento mi primer recuerdo del entrevistado. A Jaime Pujol, lo vi por primera vez en la serie "Hospital" de Antena 3 en el año 1996, posteriormente en "Hermanas" interpretando a un joven médico descreído en el año 1998. Será, en ese mismo año, cuando se pone en la piel del personaje que más popularidad le ha franqueado: Andrés Casqueiro de "El Comisario", y, aquí, he de hacer una confesión (tengo testigos que no me dejarán mentir) desde el principio fue mi personaje favorito, y al día de hoy, me hago algún maratón televisivo con la serie y sigo pasándomelo igual de bien. Por supuesto, no me puedo olvidar de su Adolfo Suarez en el "Ministerio del Tiempo" o de padre de un ángel en "Ángel o Demonio" y permítanme que les anime, a ver la reciente "Mujeres del Hampa 2" se lo pasarán bien y emocionaran de igual manera.

Pero, sinceramente, cuanto más disfruto de la interpretación de Jaime Pujol es cuando se pone en la piel de un malvado como, por ejemplo, Martín Ángulo en "Amar es para siempre". No se por qué, quizás porque su aspecto no nos lleva a pensar que puede ser una mala persona, y cuando más alejado ves al intérprete de sus personajes, más lo disfrutas, porque puedes sentir su complejidad.

Me entristece decir que nunca lo he podido ver sobre un escenario. Pero sobre el año 2013, en el Matadero, pude ver una obra llamada "Continuidad en los parques" con la que disfruté mucho. Cuando leí quién era el autor, Jaime Pujol, lo primero que pensé fue que, curiosamente, se llamaba como el actor. Pero mi afán de conocimiento teatral me hizo investigar y, fue cuando, realmente conocí otra faceta: la de dramaturgo, y a mi me encanta leer teatro, así que...se convirtió en un buen compañero en los momentos de lectura.

Pero no quiero hacerles esperar más, así que comenzaremos con las entrevista, agradeciendo en primer lugar que haya podido contestarme, ya que se la enorme cantidad de trabajo que tiene.

P: La primera pregunta suele ser siempre la misma pero es que, pienso, es obligada ¿Cómo y por qué se decidió a hacer de este mundo su forma de vida?

R: Pues la verdad, no entraba en mis planes. Cuando tenía 16 años yo tenía, más o menos decidido que quería ser arquitecto, pero ocurrió algo curioso. A mí, gracias a mi profesora de literatura, me fascinaba leer teatro. Y a los 17 años hubo que recaudar fondos para un viaje de estudios y, como yo era muy insolente en esa época, muy atrevido, me dije: ya que has leído tanto teatro y te gusta tanto ¿por qué no escribo una obra?. Entonces lié a un amigo mío y juntos la escribimos. Luego dimos el paso siguiente, la representamos en el instituto con el fin de recaudar dinero para ese viaje de estudios. Y de alguna manera se puede decir que el veneno del teatro entró en mí y ya he sido incapaz de bajarme del escenario. Hice de ello mi forma de vida, mi profesión y de las cosas que más amo en este mundo.

Foto de la página web oficial de Jaime Pujol

P: Los comienzos suelen ser difíciles, supongo que hubo cosas muy complicadas y otras más sencillas ¿qué es lo más difícil que se encontró en los primeros pasos?

R: En el periodo en que arranqué en esta profesión, que eran los años 80, no existían tantas opciones como ahora y menos en el mundo audiovisual. Yo orienté mi carrera básicamente hacia el teatro que era lo que tenía más próximo y más cercano. En mis principios, la verdad es que fue todo bastante rodado. Yo arranqué con una obra de teatro que dirigió mi profesor de interpretación, Antonio Díaz Zamora, “Flor de Otoño” Luego tuve la suerte de entrar en la Compañía de la Fundación Shakespeare… pero quizás, también, tuve la suerte de hacer mis primeros pinitos en el audiovisual, algún episódico en alguna serie en Barcelona, alguna cosa en Madrid. Quizás lo que más me sorprendió, o más bien, fue lo más dificultoso, era el hecho de tener que esperar a que te ofrecieran trabajo. Esa era una opción, que en un principio, a mi me desesperaba, sobre todo porque después de una buena temporada de trabajo me encontré un año entero sin trabajar. Pero desde muy temprano, decidí, que lo que no debía hacer era esperar que me llamaran, Y como yo, también, toco otros palos dentro de esta profesión, porque como ya sabes escribo y dirijo, cuando no había opción o cuando no me llamaban para algo, era yo el que generaba proyectos o ponía en marcha alguna obra. De hecho, nada más acabar “Flor de Otoño” el siguiente montaje fue creación propia con unos compañeros actores, con la que montamos una compañía, que aun existe “Pavana Producciones” Aquí hicimos un trabajo coral que se llamaba “Supongamos que no he dicho nada” Todo esto me demostró que si uno quiere, con persistencia, trabajo y mucha lucha, se consigue

P: Siendo usted un actor que ha participado en muchas series ¿Piensa que los actores o actrices que comienzan actualmente, lo tienen más fácil que ustedes con todas las plataformas de televisión y series que se hacen en la actualidad?

R: Si, es cierto que existe muchísimo más mercado, muchísima más posibilidades que en la época en la que yo comencé. La televisión, sobre todo en lo referente a la ficción española, estaba empezando y era mucho más difícil. Quizás, los actores que estudiábamos en aquella época arte dramático orientábamos nuestra carrera o pensábamos más en el Teatro. Hoy por hoy, es al contrario, la gente que entra en una escuela lo hace, casi, con la finalidad de orientar su carrera hacia el cine o la televisión, especialmente la televisión porque el cine también está limitándose mucho. Sí, yo creo que lo tienen bastante más fácil pero también, por otra parte, hay que decir que es una profesión que se ha convertido en multitudinaria. Hay mucha gente joven que apuesta por ella y, por lo tanto, también hay una competencia más dura, más feroz dentro de esta profesión y cuesta, la verdad es que es una profesión que cuesta. Pero yo siempre digo que es una carrera de fondo, que no hay que buscar el éxito de manera inmediata, que no hay que desesperar porque no surge el trabajo y que hay que ir despacio, sembrando y al final se recoge.

P: Su currículum es muy extenso. En el podemos ver que también dirige y en esta faceta ha sido igualmente premiado, por "Mercader Amante" con la que fue galardonado a la mejor dirección escénica, en la XIX edición de los Premis de les Arts Escèniques 2010 de la Generalitat Valenciana. Realmente en el teatro lo ha hecho prácticamente todo ¿Con que se quedaría? ¿Dónde disfruta más?

P: Siempre digo que eso es como si me dieras a elegir entre mis hijos o si me dieras elegir entre alguna de las obras que he escrito, quizás, por algún motivo te podría decir alguna. Pero, en general, lo que ocurre es que disfruto con cada rincón de esta profesión, disfruto en cada ámbito, con cada apartado. Me encanta dirigir, me encanta actuar y me encanta escribir y, de alguna manera, lo considero como vasos comunicantes. Es verdad que cada uno tiene una dinámica y una manera de hacer completamente distinta, pero siempre que escribo me nutro de mi experiencia como actor y director, siempre que dirijo me sirve todo el trabajo que he hecho de interpretación y siempre que actúo, tengo las referencias del trabajo que he visto de otros compañeros cuando los he dirigido. O incluso, el esquema dramatúrgico que utilizo cuando escribo, también, me sirve para componer un esquema de trabajo y afrontar el personaje desde el propio texto o desde el guión. Por lo tanto estoy absolutamente, enamorado de cualquiera de las cosas que tengan que ver con mi profesión. Si tuviera que elegir, porque me pusieras entre la espada y la pared, pues… sinceramente no me atrevería a decirlo, porque, de verdad,  que disfruto y encuentro cosas que me llenan de satisfacción con cada una de ellas.

P: ¿Qué texto dramático de todos a los que se ha enfrentado le ha influido más y por qué? Por supuesto incluyo los suyos

R: En mi carrera ha existido un texto dramático que me ha causado mucho impacto en lo personal y en lo emocional, e incluso en lo laboral. Yo creo que de alguna manera también, me hizo crecer como actor porque tuve la suerte de interpretarlo, y me descubrió un universo dramático y extraordinario como es el mundo de Shakespeare. Hablo de la obra Romeo y Julieta, donde tuve la suerte de interpretar al personaje de Mercucio. Realmente es un texto que me ha marcado. Yo creo que en Shakespeare está absolutamente todo, es un autor que nunca va a pasar de moda porque escribe sobre todos los temas de la sociedad.  En su propia esencia, la sociedad realmente no ha cambiado, así que cuándo vuelves a ver un texto de Shakespeare te das cuenta de que sigue vigente porque esos argumentos y esos temas, sobre los que escribe, continúan viviéndose en la actualidad.  También hubo un texto que tuve la suerte de dirigir en el grupo de la Universidad de derecho, “El desván” Es un texto de  Tom Stoppard, que es un autor británico que yo descubro y que me influye muchísimo como autor dramático. Realmente, digamos que se convierte, junto con Harold Pinter, en mi maestro dramatúrgico y que, sus coordenadas son las que me sirven a mí, realmente, para escribir mis propios textos. Tuve la suerte de dirigir una obra suya que se llama el “Verdadero inspector Hound”, qué es una comedia delirante y, bueno, absolutamente sorprendente

Foto de la página web oficial de Jaime Pujol
P: Hace ya muchos años, creo recordar que usted comentó en alguna ocasión que unos treinta años, que no se ha subido como actor a un escenario ¿Qué obra o personaje le haría cambiar de opinión?

R: Pues honestamente no lo sé porque he recibido ofertas de personajes absolutamente fascinantes, golosos y, la verdad es que, llevo tanto tiempo sin subir a un escenario, que no estoy ni siquiera tentado hacerlo. Entre otras cosas, porque mi trabajo como actor sigo desarrollándolo en el ámbito, aunque sé que no es lo mismo, de la televisión y el cine. Y mi vínculo con el teatro sigue estando latente todos los días de mi vida a través de la escritura y a través de la dirección.  Por lo que no es algo que en esencia eche de menos. Realmente es una decisión que he tomado y bueno, sería bastante complicado que volviera. Pero nunca hay que decir de este agua no beberé, y ese personaje que ahora mismo soy incapaz de imaginar algún día, de repente, aparece, me lo ponen delante y antes de dejar este mundo, me decido a volver.

P: Su trayectoria es impresionante en todas las facetas, pero siempre hay algo que se tiene en el horizonte, algo que sería el cenit, aquello que mayor ilusión hace. En su caso ¿Cuál sería?

R: Pues, mira, igual te sorprende esta respuesta pero algo que me haría mucha ilusión que ocurriera en un futuro, y ojalá sea lo más cercano posible, no tiene  que ver, estrictamente, con mi profesión,  aunque yo sí lo vínculo con la creación, y es que hace muchos años que me dedico también a crear formatos para televisión. Junto a un compañero, he desarrollado varios programas concursos, docushow,  también ficción, series… pues digamos, que una de las cosas que más me gustarían de este mundo, es poder ver alguno de esos programas que he ideado, que hemos ideado, que hemos creado, que hemos elaborado,  poder verlo en la televisión. Para mí sería, hoy por hoy, lo que más me llenaría de felicidad y de orgullo.

P: El teatro, ahora más que nunca, necesita de los espectadores ¿Qué les diría para animarles a acudir a los teatros?  y ¿para que se aventuren en él y aprendan a amarlo?

R: Bueno, realmente el que va al teatro sabe exactamente que se va a encontrar, que es algo absolutamente mágico, algo que no te puede dar ni el cine ni la televisión. Esa proximidad, la cercanía con el actor, ese vivir en directo el suceso, es algo absolutamente extraordinario. Y además saber que, cada día, esa función, a pesar de ser la misma, es distinta y el día que vayamos esos actores están haciendo la función para nosotros.  Hace muchísimos años, una de mis obras “Continuidad de los parques” que yo dirigí, tenía entre el elenco algunos compañeros míos del comisario: Joaquín Climent, Fernando Andina, Patxi Freytez , Víctor Clavijo también Darío Paso… a ese montaje, cierto día en el Talía, donde lo representábamos, un grupo de chavales jóvenes fueron a verla. Básicamente, lo hicieron porque querían ver a alguno de sus ídolos, creo que en ese caso concreto era Fernando Andina, pues fue muy emocionante como a la salida se acercaron todos a saludarle y la frase que decían es “nunca habíamos ido al teatro. Hemos venido para verte a ti y nos ha fascinado, nos ha encantado” De alguna manera se sentían motivados para volver. Yo creo que el teatro es un lugar mágico, y desde luego en la época en la que estamos viviendo, es un lugar completamente seguro, no habido ningún contagio procedente de ningún evento teatral. Así que lo mejor para esta época oscura es la luz del teatro

De nuevo le doy las gracias por haberme atendido con tanta amabilidad, ojalá que veamos muy pronto algunas de sus creaciones en televisión para poder disfrutarlas. Y si me permite, me gustaría acabar destacando dos notas que usted ha comentado: la primera la importancia de leer, pero sobre todo de leer teatro y la segunda y principal: hay que ir al teatro porque es seguro y porque es luz en una época oscura.

lunes, 12 de octubre de 2020

DE EDUARDO II, OJOS DE NIEBLA

He ido a ver en el teatro Bellas Artes, he de destacar la seguridad, "Eduardo II, ojos de niebla" La historia que se nos representa es la del Rey Eduardo II en Inglaterra en el siglo XIV, la obra es de Alfredo Cernuda, que se ha basado en una anterior de Christopher Marlowe.

El texto siempre es fundamental pero en este caso todo gira alrededor de él. La escenografía está creada para fortalecer la palabra, las luces, igual, e incluso las interpretaciones ayudan a que lo vivas.

¿Qué nos cuenta? De una forma contemporánea nos habla del respeto o no de la sexualidad de cada persona, pero sobre todo de amor y odio, de cómo por amor haríamos todo y como por odio (se separa por muy poco del amor) seriamos capaces de hacer más que todo. Está ambientada en el siglo XIV pero, todos, los que vemos la obra lo reconocemos porque el amor y el odio existirán, mientras los seres humanos sigamos en la tierra.

Jaime Azpilicueta es quién lo dirije, y como ya he dicho, todo lo pone al servicio del texto, para que esté llegue con la máxima pureza. Y, lo logra desde el principio al fin. 



Los intérpretes se conjuntan muy bien, todos nos hacen ver la maldad humana que se entremezcla con el amor, aunque éste no sea el que todo el mundo entiende. 

Pero me van a permitir, que sobre todos, destaque a dos porque sus interpretaciones me han llegado de forma más profunda

José Luis Gil está perfecto, lo da todo sobre el escenario, nos muestra a un Rey dispuesto a todo por amor, porque lo dejen vivir como él necesita para ser feliz. El esfuerzo que realiza se nota durante toda la obra. Hay escenas donde su intensidad es tan alta que puedes tocarla y sufrir lo que el rey está sufriendo.

Para terminar hablaré de Manuel Galiana, el que tuvo retuvo y guardo para la vejez. Con casi 80 años, hace que con sólo dos apariciones te quedes enamorada. Su personaje no es simpático, es un viejo judío prestamista pero lo construye con tanta ironia, sabedor de que es el que manda porque maneja el dinero, tan divertido que te lleva a su terreno fácilmente.


Al final José Luis, en nombre de todos ellos, nos dan las gracias por asistir, por ser sus héroes. No lo somos, sencillamente acudimos aquellos lugares donde sabemos que la seguridad es absoluta y el teatro lo es.


Hasta el 18 de e octubre la pueden ver, vayan y disfruten de un gran texto.

miércoles, 7 de octubre de 2020

DE SOLO QUIERO DINERO

Hoy he ido a celebrar los 10 años de las salas de Microteatro. Para quienes no sepan de lo que estoy hablando lo explico, aunque mejor, voy a dejar que sean ellos, así lo explican en su web "Obras de 15 minutos para 15 espectadores en salas de menos de 15 m2. Se representan simultáneamente y en sesión continua hasta 7 veces al día. Todas las obras giran en torno a un mismo eje temático que cambia cada mes (por dinero, por amor, por el futuro…)"

Pero no se asusten porque la seguridad es máxima. No más de 4 o 5 personas, te toman la temperatura, hidrogel y una pantalla de metacrilato que nos separan de los intérpretes ¿Quién puede dar más seguridad?

He visto "Sólo quiero dinero" tres intérpretes, 15 minutos y una vivencia impresionante. La intensidad con la que lo vives...si cuando vas al teatro tienes la sensación de que se actúa para ti, aquí tienes la certeza. 

He tenido la suerte de ver la primera función, el estreno, y sólo puedo decir que parecía más que rodada, lo que demuestra el gran trabajo y amor que director, actor y actrices han puesto en ella.

El tema es la prostitución, el descarnado y duro mundo que gira alrededor de ella. Y logra que las sientas en la piel. El texto de Richard Cliffor es muy bueno.

Pero un texto así, necesita que lo defiendan buenos escuderos y aquí, entra la dirección de Alberto Vázquez. Dirigir una obra que cuenta una historia dura, que tienes poco tiempo para conseguir la atención y, sobre todo, lograr la intensidad que la pieza requiere y hacerlo desde el minuto cero, es algo impresionante. El espacio lo permite, y la dirección logra que te sientas parte del mismo, incluso que seas un personaje más.

Los actores Pilar Coronado, Jesús Gallo y Liz Lobato están maravillosos, te envuelven desde el principio y emocionan hasta el final. Consiguen que te llegue al alma lo que cuentan sus personajes, que lo sientas, y que cuando salgas sigas pensando en ello.

Así que les invito a celebrar los 10 años, pero, sobre todo, les invito a ver esta gran microobra, que estará desde hoy hasta el 18 de octubre. Tienen 6 pases diarios así que no digan que no tienen tiempo. Si me dejan aconsejarles, yo no me la perdería