miércoles, 21 de junio de 2017

DE LA VENGANZA DE DON MENDO

Hoy nos vamos a entretener con una obra de Pedro Muñoz Seca, que fue el creador del nuevo género teatral la Astracanada, su definición buscada en internet es: una teatralización de la realidad, explota el uso del retruécano, de falsillas sentimentales y de situaciones disparatadas, a las que se supeditan los personajes y la acción, haciendo uso de juegos toscos de palabras, tipificación regional del habla, nombres propios que dan lugar al equívoco y al chiste, abuso del ripio, etc

La definición se entiende, pero cuando os diga la obra que la representa, y yo creo que casi todos hemos visto (en teatro o cine), ya se entiende a la perfección: “La Venganza de Don Mendo”. Es una de las más divertidas del mundo.

 La obra tiene el siguiente argumento que, como se puede ver, se adapta perfectamente a la definición que he citado antes: Don Mendo, un noble, mantiene relaciones con la hija de Don Nuño Manso de Jarama que tiene como nombre Magdalena. El padre de Magdalena acuerda casarla con Don Pero de Toro. Ella, que quiere ascender socialmente, acepta,  pero no avisa a Don Mendo que es descubierto en el castillo con ella. Para evitarle la vergüenza Don Mendo confiesa que ha ido a robar. Es encarcelado y condenado a muerte por Don Nuño y Magdalena para evitar que hable lo manda emparedar. Cuando don Mendo se entera, quiere venganza y con la ayuda del Marqués de Moncada logra escapar.

Para vengarse comienza su vida como el trovador Renato, todas se enamoran de él. Incluida la mora Azofaifa, que le acompaña como bailarína y la propia Magdalena. Ésta se cita con el trovador y su nuevo amante el Rey Don Alfonso, pero es espiada por su padre y su marido que quieren matarla por infiel. A la vez la Reina Berenguela  se cita también con el trovador. Nos vamos a encontrar con todos los personajes en la cueva: Magdalena, Don Mendo, Don Nuño, Don Pero, Moncada, el Rey, la Reina, Azofaifa, y demás acompañantes, así como Doña Ramírez y el Marqués de Moncada. A partir de aquí mueren casi todos los personajes, las excepciones son el Rey, la Reina y el Marqués de Moncada.

Creo que se nota que la obra es un auténtico culebrón, el argumento es incluso ridículo porque lo que se busca en este género es divertir por divertir. Lo importante es la diversión, contar algo para provocarla, la historia que se cuenta no tiene tanta importancia. Y  nos encontramos que “La venganza de Don Mendo” es una parodia de los dramas históricos, cuyo lenguaje podríamos decir que era “estirado”.

Tengo que decir, que lo que más me gusta es, como, Muñoz Seca, maneja el lenguaje, más que con las situaciones que se ven sobre el escenario, el autor consigue el divertimento del espectador utilizándolo de forma muy inteligente.

En mi retina la representación que siempre quedará será la que Manolo Gómez Bur,  en 1981 y dirigido por Gustavo Pérez Puig , realizó en el teatro Cómico de Madrid. Han existido más representaciones, de hecho creo que es la cuarta obra más representada,  y todas de alto nivel, y aunque sea repetitiva, añado que el texto ayuda a que la representación se disfrute.

Creo, que la mejor forma de poder mostrar lo que es el género de la Astracanada y, sobre todo,  lo que es la genial obra de Pedro Muñoz Seca sería dejaros con un pequeño trocito de ella como despedida:

Magdalena quiere que detengan a Don Mendo y le prepara una encerrona, este sin enterarse de nada, vamos que está a por uvas

MENDO:

– El Barón
de Vedia, un aragonés
antipático y zumbón
que está en casa del Marqués
de huésped o de gorrón.
Hablamos... ¿Y vos qué haceis?
Aburrirme... Y el de Vedia
dijo: No os aburriréis;
os propongo, si queréis,
jugar a las siete y media.

MAGDALENA:
– ¿Y por qué marcó esa hora
tan rara? Pudo ser luego...

MENDO:
– Es que tu inocencia ignora
que a más de una hora, señora,
las siete media es un juego.

MAGDALENA:
– ¿Un juego?

MENDO:
– Y un juego vil
que no hay que jugarlo a ciegas,
pues juegas cien veces, mil,
y de las mil, ves febril
que o te pasas o no llegas.
Y el no llegar da dolor,
pues indica que mal tasas
y eres del otro deudor.
Mas ¡ay de ti si te pasas!
¡Si te pasas es peor!

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