Para que me entiendan, lo que quiero decir es que he visto como muchos de nuestro interpretes evolucionaban, como iban madurando en sus actuaciones o, en pocos casos, podía desilusionarme su paso de la pantalla a las tablas. Por supuesto, también, se han dado caso a la inversa, que al verlos sobre el escenario mi sorpresa ha sido grata.
Voy a poner, si me lo permiten, diferentes ejemplos, pero como si de una adivinanza se tratara sus nombres serán dichos al final:
Ejemplo 1: quién siempre ha sido perfecta
A ella comencé a verla en películas en blanco y negro. Con papeles bonitos pero no principales. Pero su naturalidad me resultaba fascinante. Por lo que mis padres y mi tía me cuentan, su bagaje en televisión también es importante, aunque yo por edad tan sólo he podido ver retazos de ese trabajo, pero la sensación es la misma, auténtica admiración. Añado que ha hecho una serie hace tiempo, y que mi sobrina, cuando yo hablaba de su trabajo, me decía "es que lo hace tan bien, es tan cuqui" con rendida admiración.
Cuando finalmente la vi sobre un escenario, no era naturalidad, era... como si ella estuviese hablando en el salón de su casa, da igual con quien. No sentías que estaba interpretando, lo hacía todo sin esfuerzo alguno. Ver como se movía por el escenario era una auténtica maravilla. Jamás me decepcionó, ni una sola de las veces que la vi como por ejemplo en "El jardín de los cerezos"de Chejov "Siempre en otoño" de Santiago Moncada o "Petra Regalada" de Gala.
Hablo sin lugar a dudas de Julia Gutierrez Caba
Ejemplo 2: de ser bueno a ser excelente
Este ejemplo fue, quizás, de los primeros que mis ojos vieron sobre un escenario, no el primero que fue un grande, Fernando Delgado, pero si de los primeros. Él era un joven con talento, con mucho talento, pero que se veía que podía crecer aún mucho, y ya era muy bueno.
Pues a la vez que yo iba creciendo intelectual y físicamente, este actor evolucionó a la perfección, al conocimiento total del teatro, a ser capaz de llegar y llevar a los espectadores donde él quiere. Ya he hablado de él en diferentes entradas porque lo he visto en muchas obras, pero principalmente cuando me referí a "Héroes", hablo de Juan Gea,
Ejemplo 3: de quién no esperas una cierta desilusión.
Este actor me maravilló desde la primera vez que le vi, casi siempre, en el cine. Su facilidad para realizar cualquier papel, y cuando digo cualquier papel digo bien, es bastante difícil de explicar, un ejemplo es la película "Un hombre llamado Flor de Otoño".
Por eso quizás mi desilusión cuando por primera vez lo vi sobre el escenario. El papel era maravilloso, lo que podemos llamar "un caramelito en dulce" pero, siempre en mi opinión, no lo supo aprovechar, era nada más y nada menos que el protagonista de "La muerte de un viajante". Si es cierto que posteriormente lo he visto más veces y que me ha gustado, que he logrado ver al José Sacristán que me esperaba, pero, también, reconozco que siempre recuerdo la desilusión, a veces las primeras impresiones son importantes aunque por supuesto corregibles.
Hay muchos ejemplos más, pero no quiero alargarme. Deben ir al teatro, crear sus propias impresiones, discutir las mías...pero vayan, porque lo que sentirán realmente no sé puede contar
Emilia, me admira tu conocimiento de la escena y la interpretación o tal vez sea criterio personal, pero para mi es un gran conocimiento. El comentario de Juan me interesa personalmente más y lo comparto, igual no seré muy objetiva pero casi estoy descubriendo el teatro con el la verdad estoy impresionada como un personaje, cualquiera que sea, lo hace tan suyo, que soy incapaz de imaginar otro actor que lo intérprete mejor
ResponderEliminarEnhorabuena Emilia por tu escrito. Besos
Muchas gracias Begoña, tienes un gran profesor para saber qué es el teatro te lo garantizo. Besos
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